Tasación de un retrato de Felipe IV

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Óleo sobre lienzo, círculo de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (1599 – 1660)

Dimensiones: 65 x 70 cm.

Catalogación

El primer paso de todo estudio de tasación es siempre realizar una catalogación certera, como va dicho en otros post, en caso de herrar la catalogación el estudio quedará invalidado. Más información de catalogación.

En este caso, es obvio indicar que se trata de un retrato cortesano en el que se representa un retrato de un caballero con armadura con los rasgos anatómicos propios de la familia de los Austria. El retratado es en mi opinión, Felipe IV (Valladolid, 1605- Madrid,1665). «El rey planeta»

Después de reconocer el retratado y tipología de retrato, lo fundamental es datar la obra. En mi opinión y tras los análisis presenciales de la obra, tanto técnicos como estilísticos, cabe datar este retrato en el siglo XVII.

El intervalo de tiempo en el que se de enmarcar este retrato es entre 1623 y 1657, este periodo se puede fijar a nivel documental. Por un lado, conocemos que hubo una prerrogativa en 1623 (leyes antisuntuarias) que prohiben el uso de cuellos de lechuguilla sustituyéndolos por valonas llanas. Por otro lado, en 1657 se prohibe en una nueva prerrogativa la representación de elementos de oro (la armadura tiene pequeños remates de oro).

Pero, por la evolución anatómica del retratado posiblemente hacia 1630. La obra está reentelada y el paso del tiempo ha generado un hermoso craqueado propio de obras de este siglo indicado.

Evolución anatómica del rostro de Felipe IV

Tras datar e identificar el personaje retratado hay que analizar la técnica, estado de conservación, estilo, escuela y por su puesto la atribución que es uno de los ítems más importantes de una tasación. Pero, esta atribución la dejo para un poco más adelante.

Detalle del rostro de la obra objeto de estudio

Descripción

El retrato de esta obra es de busto con armadura y banda de tela carmesí que cruza la bella armadura marcando así la composición diagonal de la obra. Es un retrato en el que se subrayan las responsabilidades militares, con un rostro hierático, sobrio con mirada firme y determinada sin expresar sentimientos. Este tipo de retrato tuvo una dimensión más política, ya que trataba de expresar una voluntad reformista que se proponía en el reinado de Felipe IV, caracterizado por la austeridad. El rostro marca claramente los rasgos anatómicos propios de los Austria (cabeza menuda, mentón prominente y nariz recta). En este caso quizá algo idealizados o suavizados con respectos a otros retratos que se conocen de Felipe IV. Llama poderosamente la atención de la obra la guedeja de pelo que cae por el rostro cerca de la patilla y que se remata en bucle.

Análisis del contexto artístico

Los retratos de Felipe IV están marcados por el monopolio casi exclusivo de Velázquez. Obviamente no pudo hacer todos los retratos y se ayudó en muchos casos de un nutrido taller del que poco se conoce aún. Lo que es indiscutible es que creó un modelo basado en los cambios que se proponían desde la corona con el Conde Duque de Olivares y que dicho modelo trascendió incluso a los pintores del taller.

Los últimos pintores del rey Felipe III tenían un estilo de retrato cortesano muy diferente al que instaura Velázquez en 1621 con su primer retrato de Felipe IV con el que se gana su favor (a pesar de tener que retocarlo sobre 1628). De entre estos pintores podemos destacar a Rodrigo Vilandrando (1588 – 1622) o Juan Pantoja de la Cruz (1533 – 1608). Como se puede apreciar el concepto es absolutamente diferente.

Atribución

Después de hacer el análisis estilístico de la obra y contexto artístico en función de la datación llega el momento de atribuir, el paso más complejo y casi más importante de todo estudio de tasación.

En este caso, se debe tener en cuenta otros ítems de valoración como la calidad de la ejecución del retrato, estilo de pincelada, composición, etc. La obra objeto de estudio presenta concomitancias con las obras de Velázquez y su taller, tiene una impronta velazqueña.

La calidad de la obra objeto de estudio es un tanto dispar, ya que el cabello o los labios no tienen la misma calidad que la armadura o los ojos, por ello cabe descartar la mano de un gran maestro. Quizá pudiera pensarse en una obra de taller o del círculo de Velázquez. En este sentido, descartado al gran maestro por la falta de calidad, los otros dos grandes nombres que trabajaron en la época que se data la obra son:

Juan Bautista Maíno (Pastrana, 1581 – Madrid, 1649)

Maíno, fue profesor de dibujo de Felipe IV desde niño, por lo que se sabe que tuvo una gran cercanía al monarca hasta la muerte del pintor. De Maíno nos han llegado cuatro obras de retratos de Felipe IV. Lo más interesante de estas obras es que siguen un prototipo de retrato un tanto diverso a Velázquez. Las diferencias fundamentales son compositivas, conceptuales y de representación de los rasgos de los Austrias más idealizados (suavizados) con guedeja que se remata en forma de bucle similar a la obra objeto de estudio.

La calidad de la obra objeto de estudio no concuerda con las obras de Maíno. Compositivamente y conceptualmente son obras mas cercanas al taller de Velázquez y su prototipo mas austero. Todas las obras atribuidas a Maíno representa al rey Felipe IV perfilado a la derecha. Las obras de Velázquez y su taller representa al rey a la izquierda en la mayor parte de las ocasiones. La obra objeto de estudio también se representa perfilado hacía izquierda.

Juan Bautista Martínez del Mazo (Cuenca, h. 1611-Madrid, 1667) y el taller de Velázquez.

El yerno de Velázquez (del Mazo) es a su vez quizá su mejor seguidor. Se desconoce si trabajó propiamente en su taller, pero sí que fue el que mejor supo captar el estilo velazqueño. Por datación y calidad la obra objeto de estudio no se puede atribuir a este importante pintor. Del resto de obras que salen del taller de Velázquez también se aprecian incongruencias con la obra objeto de estudio, fundamentalmente en el plano estilístico.

Por tanto, tras los análisis realizados, concluyo que la atribución más plausible a mi buen y leal saber es: obra del círculo de Velázquez.

Tasación

Tras todo el estudio previo, solamente queda concretar una estimación de mercado en relación a la datación, estado de conservación, tema, calidad y atribución.

La obra presenta interés para el mercado ya que la datación y el tema es muy buscado en el mercado del arte español e internacional.

La estimación de mercado se realiza con varias obras testigo lo más asimiladas que ha sido posible a la obra objeto de estudio.

Conclusiones

Si usted tiene obras de este tipo no dude en contactar con historiadores del arte titulados como nosotros para estudiarlas. Los cuadros como este, tienen un valor de mercado estimable. Pida su presupuesto sin compromiso.